Fuente Original
heraldodesoria.es
Llegó a Arcos de Jalón el miércoles y se quedó allí, hospedado en el hotel Numancia, hasta el domingo, cuando los agentes de la Guardia Civil se lo llevaron esposado, acusado de abuso sexual a un menor de la localidad de apenas dos años de edad. Al mismo tiempo era detenida también la madre del pequeño, una rumana afincada en Arcos desde hace unos cuatro años. Presuntamente, había consentido los hechos al dejar a su hijo en manos del supuesto pederasta con conocimiento de las intenciones de éste. Mientras, el padre del menor, un albañil en paro natural de Arcos de Jalón con quien la acusada se casó en 2006, era detenido inicialmente y puesto en libertad horas después. Al parecer, no tenía constancia de los abusos que sufría su hijo a pesar de que el niño había pasado cuatro noches fuera de casa. Los hechos sucedieron, como adelantó ayer HERALDO DE SORIA, el pasado domingo después de que el responsable del establecimiento donde se hospedaba el detenido lanzara la voz de alerta. Había advertido “comportamientos y cosas extrañas” en el presunto pederasta y su trato con el niño que le hicieron desconfiar. Una semana después de que sus sospechas concluyeran en detenciones, Alfonso Maroto recuerda “la angustia, preocupación y nervios” que pasó durante los cuatro días que estuvo hospedado el detenido en su hotel. Las largas horas que pasaba el detenido con el menor a solas en la habitación, el hecho de que no abriera nunca las ventanas ni quisiera que entrara nadie en la habitación, o que no utilizara la ropa del hotel y empleara la suya propia, hicieron sospechar a los responsables del establecimiento. Tras “investigar” durante unos días y ante pruebas que eran ya demasiado evidentes a los ojos del hostelero, decidió avisar a las autoridades, que actuaron con rapidez. En cuestión de horas, tenían detenidos a los dos acusados.“Sabía que era algo muy grave y no quería acusar a nadie gratuitamente. Además, no quería despertar una alarma por que sí, y ni siquiera se lo dije a la familia. Estuve mirando, controlando, observando todo y, cuando ya lo tenía claro, se lo dije a mi madre y avisamos a la Guardia Civil”, rememora Maroto. A renglón seguido, advierte: “Yo sospeché desde el principio porque es normal que venga una pareja, unos jóvenes de fiestas… pero no un hombre con un niño tan pequeño que sabíamos que no era hijo suyo (porque era del pueblo). Se lo dije a mi madre, pero ella no puede creer que haya tanta maldad en el mundo, así que, cuando lo tuve claro, es cuando avisamos”. “Desde las diez hasta las seis”
Foto: Diablomotor.Blog
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